No hay una sola guitarra para tocar flamenco. Las guitarras flamenca se compran en función de su uso.
¿UNA GUITARRA PARA TODO?
De un tiempo a esta parte me venís preguntando si existe una sola guitarra para las tres modalidades de flamenco, o no.
Sobre esto se ha hablado mucho y se seguirá hablando porque no hay una norma establecida, como casi siempre en el mundo del arte. Lo que a unos les vale a otros no.
Como ya sabéis el flamenco tiene tres asignaturas muy importantes en su formación: acompañamiento al cante, acompañamiento al baile y guitarra de solista.
En principio se podría hacer todo con una sola guitarra, pero desde mi punto de vista no es lo correcto. Voy a explicar por qué.
Yo entiendo que hay guitarristas que por comodidad o sencillamente porque se han hecho a una guitarra, sólo utilicen esa y no las otras dos, ya que a veces cuidar tres guitarras es un trabajo extra, sobre todo si tenemos en cuenta que hay que cambiar las cuerdas, la portabilidad de los estuches...
La guitarra de acompañamiento al baile debe ser una guitarra baja de hueso y muy blanda en los trastes. Las exigencias del baile, la velocidad, la fuerza y la duración de los montajes hace que si tocáramos una guitarra alta de hueso o muy exigente, a la larga podríamos tener serios problemas de tendinitis u otras patologías propias del guitarrista que pasa muchas horas acompañando al baile. Debe ser una guitarra muy blandita y a poder ser amplificada para los ensayos o prácticas diarias, de esa manera el esfuerzo que realizaremos será menor y más productivo. Con poco conseguiremos un buen resultado.
La guitarra de acompañamiento al cante debe ser una guitarra de ciprés, con sonido flamenco y que imite, a ser posible, en su sonido, el sonido de la voz. No es obligatorio el ciprés, pero su rapidez en expulsar el sonido y el brillo que desprenden estas guitarras les hace ser las mejores candidatas. La tensión puede ser media en las cuerdas y no muy alta de hueso, pero tampoco tan baja como para el baile, ya que si no, no sonaría bien en las falsetas entre tercios.
La guitarra de concierto debe ser una guitarra con un sonido redondo, limpio y claro, ya que su protagonismo es necesario cuando estás solo en el escenario. No es preciso el palosanto de Río, Jacaranda o Madagascar, pero sí son maderas muy poderosas y contundentes cuando se escuchan solas en recintos pequeños. La guitarra debe estar alta de hueso, la cuerda de alta tensión en los bordones, por lo menos, y la pulsación decisiva para que el toque salga limpio y se escuche con claridad.
No es forzoso utilizar tres guitarras, pero sí muy recomendable, ya que si lo pensamos detenidamente no daremos cuenta de que a mayor esfuerzo en nuestro toque menor debe ser la dureza de la guitarra, y viceversa, a menor esfuerzo, más calma y presión en la pulsación, más nos debería dar la guitarra. No es lo mismo que con un simple rasgueo de abanico, en una guitarra de palosanto, saquemos un sonido contundente y duradero, que los rasgueos obligatorios en una llamada para un baile por tangos, por lo tanto la guitarra no debe ser la misma.
Un saludo y hasta nuestro próximo encuentro.