Lejos de que 2012 traiga algo de prosperidad a la economía europea parece que las previsiones no son nada esperanzadoras.
Lejos de que 2012 traiga algo de prosperidad a la economía europea parece que las previsiones no son nada esperanzadoras.
Con la resaca todavía instalada en muchas de las cabezas de millones de europeos, la euforia inicial de de año nuevo empieza a disiparse ante las malas previsiones económicas que se avecinan. Lejos de apuntar a una recuperación en el mercado de trabajo o una mejora de la balanza de pagos, debido a los recortes presupuestarios, las predicciones para España se sitúan en un déficit del 8%.
Es evidente que menguar el gasto público en la medida en la que se prevé hacer ralentiza la economía y frena la inversión. Con millones de sueldos congelados o disminuidos y sectores públicos como la educación y la sanidad incorporando con cuenta gotas a nuevos trabajadores el futuro no se dibuja muy halagüeño.
Se desconoce con seguridad cuanto se puede estirar ese chicle que es la paciencia de millones de españoles. Más embargos de viviendas, poca contratación y acumulación de deudas es el panorama que 2012 tiene para un gran grupo de personas.
Es de esperar que los movimientos de protesta se alcen pronto, una vez hayan concedido un periodo de prueba al nuevo gobierno del Partido Popular. Ante este cuadro uno se pregunta las alternativas o ideas positivas a las que agarrarse en este año “apocalíptica”.
Una de las alternativas, que ya han tomado miles de jóvenes españoles, y no tan jóvenes, es la de emigrar. Junto a esta opción otra solución pasa por convertirse en autónomo. Según una reforma de ley propuesta por el nuevo gobierno los trámites y costes para constituir una empresa van a reducirse significativamente. Es por tanto un buen momento para ser emprendedor.
Para aquellos que dispongan de capital para invertir pueden estar de enhorabuena. Se espera que para este ejercicio económico las empresas inmobiliarias empiecen a revalorizarse, por lo que la caída del precio de la vivienda puede detenerse.
Cualquiera que sea la posición de cada uno lo que queda claro es que una actitud optimista para este año es algo que no puede faltar.