Cuando decimos que enviar un paquete internacional a veces es un misterio lo hacemos con conocimiento de causa. ¿Por qué? Pues porque muchas veces no tenemos un lugar de referencia al que acudir para realizar el envío.
Estoy viviendo en Málaga, pero no he vivido aquí toda la vida; también he estado en el extranjero, en concreto en San Antonio de Tejas. El motivo es que hace unos seis años me licencié en Filología Hispánica y siempre tiré bastante a la rama de Sociolingüística, por lo que estuve bastantes años estudiando el habla de San Antonio de Tejas mediante encuestas varias e intercambios de opiniones con otros lingüistas que también fueron conmigo. Allí hice muchas amistades, pero solo conservo dos, y el resto fueron conocidos que entraron en mi vida y salieron con la misma facilidad.
¿Que por qué cuento esto? Porque estoy un poco nerviosa. Resulta que ayer recibí un paquete desde Tejas, y la cosa no estaría mal si no fuera porque el remitente es anónimo. Eso me asusta, aunque no sabría decir por qué; es decir, ¿qué persona normal a la que hubiera conocido allí decidiría que es una buena idea enviar paquete internacional sin decir su nombre? Me hace preguntarme qué hay dentro; y aunque seguramente les parezca una tontería, mi imaginación se pone a volar y a imaginar que se trata de algún paquete bomba o de una broma de mal gusto. Vale, lo primero sé que no, no soy precisamente una celebridad; pero lo segundo... me da miedo encontrar algo desagradable en el interior.
Por otra parte, también pienso que puede ser algo normal, algo bueno; quizá el motivo por el que alguien se decida a enviar paquete a Málaga, uno destinado a mí, sea que es un admirador de mi trabajo y le dé vergüenza revelar su nombre. Quizá la explicación está dentro y solo tengo que abrirlo; pero me sigue dando miedo, y más bien lo que me tienta es enviar un paquete internacionalyo misma, a la dirección del remitente, exigiéndole saber quién es; o bueno, una carta. No sé qué hacer.
Y tú, ¿ya sabes enviar un paquete internacional?