«Nunca he encontrado un hombre de quien no haya aprendido algo» (Alfred Victor de Vigny)
Adoro tumbarme al revés y mirar al vacío.
Adoro sentir que estoy en otro mundo que no es el mío.
Adoro creer por un segundo que todo es maravilloso.
Y mucho más imaginar que todo puede cambiar y que yo misma puedo hacerlo.
Adoro observar las cosas de otra manera y creer que es posible darles un giro.
Adoro sentir que todo puede mejorar, que nada es tan malo como parece, que todo es bello si sabes mirarlo de la manera adecuada… Adoro ser capaz de valorar las pequeñas cosas de la vida.
Adoro esos momentos en los que estando sola y pensando, soy capaz de creer, sentir y valorar la vida como quiero hacerlo. Adoro mi proceso de maduración, aunque quizás vaya lento, pero adoro crecer y aprender a la vez.
Adoro poder formarme como persona día a día, experiencia tras experiencia y aprendiendo de todas las personas que voy conociendo... cogiendo un pedazo de cada una y formando mi propio puzzle, hasta el final.
Gracias a todos los que ya conozco y a los que estoy por conocer, porque aunque parezca que no sois trascendentes en mi vida o en la vida de otros, puede que sin daros cuenta estéis contribuyendo de alguna manera a la formación de esa persona. Todos tenemos algo especial que por pequeño que parezca puede ser grandioso... Gracias.
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