Queridos amigos, hoy quiero hablarles de un municipio turístico y pesquero llamado Santa Pola, que se encuentra al sur de la Provincia de Alicante y que junto a Elche y Crevillente, hace parte de la Comarca de Bajo Vinalopó. Se trata de un hermoso lugar de aproximadamente 58,6 kilómetros cuadrados en el que viven cerca de 31.657 habitantes (2015) a una altura de alrededor de 6 metros sobre el nivel del mar. Lo cual le confiere un delicioso clima Mediterráneo del que disfrutan propios y extraños, y es que parece que fuera primavera casi todo el año, con una temperatura promedio es de 18°C que oscila entre los 25 °C en agosto y los 12 °C en enero.
Es decir, que Santa Pola es un sitio ideal para el ocio, la recreación y el esparcimiento, pero también para quienes disfrutamos la práctica de la actividad física y el deporte, y es que Santa Pola es el municipio en el que se realiza la mayor cantidad de eventos deportivos dentro de la Comunidad Valenciana, con certámenes que abarcan desde el surf, el kite surf y el windsurf, pasando por el velerismo, la pesca deportiva y el submarinismo, y esto sin dejar de mencionar el trekking y el atletismo; el cual ganó protagonismo una vez más -tal y como lo hace cada mes de enero- durante la ultima edición de la Media Maratón Villa de Santa Pola donde nos dimos cita más de 8.000 corredores (casi tantos como en la de Madrid o la de Valencia).
Los contenedores de Santa Pola
Hasta entonces, solo había podido participar en la última Duatlón Cross Memorial Pepe Bonet que -como siempre- auspiciara el club de atletismo de la localidad, donde pude medirme junto a casi 900 competidores en la travesía a nado entre la costa de Santa Pola y la isla de Tabarca, siendo la prueba en mar abierto que reúne al mayor número de concursantes en un trayecto entre la costa y una isla; pero nada de esto me preparó para la grata experiencia que resultó ser la Media Maratón que se me hizo tan exigente como multitudinaria y por demás muy bien organizada… Debo confesar que, al igual que otros competidores extranjeros, esperaba encontrarme con el bullicio y el desenfado de todo pueblo pesquero, pero jamás pensé que me toparía con que la pesca ha cedido espacio a diversas empresas turísticas y establecimientos comerciales.
Entre los competidores que acudimos desde otras latitudes, solíamos comentar respecto a la atención que habían puesto los organizadores en cada detalle, y hasta nos atrevimos a bromear respecto al esmero que deben haber puesto las autoridades locales para lograr que las calles estuvieran tan limpias, no pudimos evitar preguntarnos que pasaría si en nuestras ciudades se imitara la iniciativa de los contenedores en Santa Pola que se encontraban en cada esquina… no se para los demás, pero al menos para nosotros el pueblo de Santa Pola pasó a ser el pueblo de calles limpias y de gente sonriente que llevamos en nuestros corazones y al que quisiéramos volver muy pronto con la excusa de competir nuevamente.