Estás buscando la manera de mejorar la gestión de tu ferretería. Crees que ha llegado el momento de dar un puñetazo encima de la mesa y decidir hacia dónde vas. Tienes una ligera idea de los errores más comunes que se han ido cometiendo, pero también tienes claro que no te gustaría que las cosas continuaran igual que hasta ahora.
Si es ese tu caso, darle un vuelco a tu empresa está en tus manos. Es hora de fijarse metas y crear calendarios. Es el momento de ponerse a trabajar. Pero antes de ponerse a trabajar, antes hay que saber si estamos yendo en la buena dirección o, por el contrario, simplemente nuestra empresa va a la deriva.
Examina los objetivos de tu ferretería
Toda ferretería nace con un objetivo. Y ese objetivo no puede ser simplemente ganarse la vida. Un negocio es un trabajo que se planifica para que vaya creciendo cada vez más y más.
Aunque te resulte extraño, es clave marcarse objetivos. Algunos dicen que, como no pueden saber el futuro, marcarse objetivos de venta en una ferretería es inútil. El cliente es muy volátil, hay épocas en las que no se vende nada y hacer previsiones al final resulta frustrante.
Sin embargo, no deberías pensar así. Porque los objetivos vienen a ser como profecías auto-cumplidas. Si quiero obtener una facturación de X, me esforzaré racionalmente y en la dirección adecuada para que eso se produzca. Si simplemente quiero “aumentar la facturación”, lo mismo te vale X que Z y tu esfuerzo no estará enfocado en una meta.
Analiza los datos de tu ferretería
Para marcarse objetivos, eso sí, debemos ser realistas. Lo que frustra a muchas personas que marcan objetivos de venta en su empresa es que son objetivos fuera de la realidad. Entonces, cuando ven que no pueden cumplirlos, se desaniman y dejan de marcar objetivos.
Por tanto, su esfuerzo deja de ser sostenido y ya no estará orientado a la consecución de unos resultados concretos.
Una buena forma de empezar a marcarse objetivos es analizando los datos de tu negocio. A través de un software ferretería, puedes saber qué se ha vendido más, cuándo, cómo, cuánto te ha costado, cuál ha sido tu margen de beneficio, en qué deberías invertir más y en qué menos.
Te daría una panorámica de las decisiones que has estado tomando hasta ahora para no seguir moviéndote de un lado a otro, sin saber a dónde ir.
Primero hay que tener un objetivo, cuanto más concreto mejor. Después hay que trazar una estrategia para conseguir ese objetivo. Y por último, hay que cumplir a rajatabla con el esfuerzo que hemos dicho que vamos a hacer.