Sabemos que los gases efecto invernadero (GEI) son altamente contaminantes, y son precisamente los vehículos viejos los que eliminan mayor cantidad de estos gases
Sabemos que los gases efecto invernadero (GEI) son altamente contaminantes, y son precisamente los vehículos viejos los que eliminan mayor cantidad de estos gases.
Estos gases son eliminados por los camiones a lo largo de toda la cadena de producción, y cierto es también que aún hoy circulan un gran porcentaje de camiones viejos que contaminan el medio ambiente.
Dos normas son muy importantes en la materia. La primera, nuestra norma fundamental, la Constitución Nacional, que a partir de la reforma de 1994 incorpora el art 41, el cual establece que las actividades productivas deben satisfacer las necesidades sin comprometer a futuras generaciones, preservando el medio ambiente. La segunda, el Acuerdo de París, suscripto por nuestro país el 12 de diciembre de 2015, a través del cual nuestro país junto con los demás países miembros se comprometieron a disminuir la emisión de GEI.
En este sentido, los transportistas a través de FADEEAC elaboraron un programa denominado “Rango Verde”, cuya finalidad es eliminar la emisión de GEI y poder desarrollar una solución sustentable con protección del medio ambiente.
Según el Secretario General de Fadeeac, Guillermo Werner “lo que va a ocurrir en la Argentina será que con mayor productividad se consumirá más combustible y será mayor la emisión de gases efecto invernadero. Hay dos curvas que vienen creciendo simultáneamente: la de productividad y trabajo y la de las emisiones de gases. Lo que se quiere es separarlas: tener mayor productividad con la menor emisión de GEI posible”.
Lo cierto es que para buscar una solución es necesario medir la cantidad de gases que emiten los camiones en la cadena de la actividad productiva, para la cual es necesaria tecnología para efectuar dichas mediciones, y entes que puedan realizar las homologaciones correspondientes para aquellos transportes que respeten los valores autorizados.
Fadeeac se encuentra trabajando en este proyecto junto con Universidades Nacionales, la Comisión Nacional del Transporte, y el Gobierno Nacional a través del Ministerio de Medio Ambiente
En este sentido, Werner explica que “hay tecnología para medir que no es tan cara, y la medición y su valorización es lo que más tiempo va a llevar. Una vez logrado eso se va a evaluar qué tenemos y cuánto le cuesta al Estado”.
Fadeeac se encuentra trabajando en este proyecto junto con Universidades Nacionales, la Comisión Nacional del Transporte, y el Gobierno Nacional a través del Ministerio de Medio Ambiente.
Quienes se encuentran trabajando en el plan de reducción de gases, afirman que debería contemplarse “premiar” o incentivar la compra de nuevas unidades o vehículos, ya que éstos son los que menos contaminan, pero paradójicamente son los que más pagan: “quien se adhiere a este plan de manera voluntaria tenga alguna ventaja. Porque si hubo una inversión para que el camión baje la emisión de GEI reciba una contrapartida económica que hoy no existe. Hoy, un camión de última generación paga más que una unidad vieja que contamina. Se castiga al que invierte en lo nuevo. Lo que busca este proyecto es que con una medición que sea estrictamente confiable, el vehículo que emite menos gases obtenga una mejora económica, porque está haciendo un bien al medio ambiente. Esta no debe ser una oblea más, sino que el que la tenga reciba un premio. Hoy ese premio es inverso: lo paga el que tiene la tecnología más nueva, por comprar un vehículo más caro y consumir insumos más caros que el otro.”
Los premios o beneficios para el empresario transportista pueden ir desde la baja en el precio de los combustibles o baja de impuestos: “el empresario tendrá que tener una ventaja económica para sumarse al plan. Puede ser por combustible más barato, por menos impuestos por patentes, que haya ventajas por tener un camión nuevo. Si el transportista tiene tecnología que reduce los GEI tiene que tener una ayuda económica inmediata.”